Por Yulia Nil Cedeño y Gerardo Cordero / El Nuevo Dia
Científico señala que las gallinas de palo han variado su dieta herbívora.
El coquí ya no puede cantar despreocupado en los campos de Borinquen porque un depredador invasor ha llegado a su hábitat.
Se trata de la Iguana iguana o gallina de palo, que en los pasados 20 años se ha reproducido de forma acelerada en Puerto Rico, país al que arribó como simpática mascota de personas que luego las liberaron, seguramente sin imaginar que con el paso del tiempo se convertirían en un riesgo para la flora y la fauna nativa.
Y es que lejos de la inofensiva imagen de sus primeros años como llamativas mascotas exóticas, ahora se sabe que el reptil "no es un angelito", porque además de yerba puede comer huevos de aves, pichones y hasta coquíes, según el doctor Rafael Joglar, biólogo especializado en anfibios y reptiles, quien ha encabezado las primeras investigaciones sobre la gallina de palo en Puerto Rico.
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Joglar explicó que aquí la situación es compleja porque son escasos los depredadores de la gallina de palo. En el limitado grupo de aquellos que entiende pueden atacar y aniquilarlas figuran el guaraguao, el zorzal pardo, la garza real y el perro doméstico. Irónicamente, en su lugar de origen la gallina de palo tiene hasta 41 depredadores.
El profesor Joglar explicó que la Iguana iguana es una especie nativa de Centro y Suramérica que probablemente fue introducida en Puerto Rico durante los años setenta, cuando las importaban como mascotas y las vendían sin mayores limitaciones en las tiendas de animales.
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